Cada vez existen en el mercado más herramientas que facilitan tareas relacionadas con la comunicación. Actualmente es de lo más común usar traductores automáticos, pues son mucho más rápidos y tienen un alto nivel de precisión. Por ello nos enfrentamos a la batalla: traducción automática vs traducción humana.
Si estos sistemas son tan eficaces, es válido cuestionarnos si han ya sustituido definitivamente el trabajo de los traductores. Exponemos a continuación algunos casos en los que la intervención de un traductor humano será necesaria.
Capacidad de transliterar
Una traducción automática no siempre resulta tan precisa como una traducción humana por la sencilla razón de que los traductores humanos podemos transliterar. Los humanos podemos encontrar equivalentes culturales que una traducción automática no tomaría en cuenta.
Pongamos por ejemplo, los refranes y las frases hechas. Podemos decir en inglés que llueve «like cats and dogs», pero en español mexicano lo traduciríamos algo así como que llueve «a cántaros»; una traducción literal no resultaría nada precisa.
Por eso es muy válido y útil el uso de los traductores automáticos pero, al menos hasta este momento, es necesario que el texto resultante pase por una revisión humana que rectifique estos pequeños errores que aún podemos encontrar en las traducciones automáticas. Y no solo eso, sino también localizar y estandarizar el lenguaje usado en los documentos producidos, ¿a qué me refiero con esto?
Localizar un contenido
Pongamos que se require traducir un manual o un instructivo a diversos idiomas. Tan solo en el español, hay muchísimas variantes dialectales y regionalismos. Está por un lado, el español peninsular o europeo; por otro lado, el español americano. Las distintas realizaciones que tiene un idioma por motivos geográficos se conocen como dialectos.
Dentro del español americano se encuentran los dialectos de países como Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay, Venezuela y Puerto Rico.
En el dialecto del español mexicano preferimos el pronombre personal tú, mientras que el argentino tiene la forma vos. E incluso dentro de los mismos Estados que conforman México, llamamos diferente a ciertas cosas; así, una persona en Yucatán puede ‘ir a wixar’ mientras que en la Ciudad de México ‘va al baño’.
Estos nos da una idea de la enorme variedad lingüística que presenta un solo idioma. Incluso podríamos ir más allá y hacer notar que dentro de un mismo grupo de personas, la forma como los individuos nos expresamos varía: a la manera particular que tiene cada hablante de hacer uso de la lengua se le conoce como idiolecto.
Por todo lo anterior, cuando se realiza una traducción es preciso adaptar los documentos a la o las variantes lingüísticas de los hablantes de determinada zona geográfica, esto es, realizar la localización de los contenidos.
Digamos, que en el caso de una traducción localizada en España se preferirá el uso de términos como ‘ordenador’ vs ‘computadora’, puesto que aunque se pudiera entender que es el mismo concepto, los hablantes locales prefieren ciertas formas sobre otras.
Estandarizar un documento
La estandarización de los criterios aplicados a una traducción es importante en especial si más de una persona intervino en su realización. De acuerdo con la casa editorial o el medio en cuestión, existirán diversos criterios a los cuales ceñirse, por ejemplo, se preferirá hablar de tú o de usted al lector, se considerarán válidos ciertos regionalismos o se optará por un español más común o estándar, y estos criterios se aplicarán de manera consistente a todos los documentos.
Otra razón por la que las traducciones realizadas por humanos aún son importantes (o revisadas, de forma posterior a una traducción automática), es la precisión en el uso de términos técnicos o especializados.
De acuerdo con la lingüista Teresa Cabré, solamente consideramos que un texto es especializado si fue producido por un experto en el área del conocimiento que trate. El nivel de especialización puede ser alto, si el receptor es otro especialista; medio, si el receptor es un estudiante; o bajo, si el receptor es un lego o novato en la materia de estudio. Por ello, las revisiones hechas por humanos son de vital importancia en textos científicos, médicos, legales, etc.
En el caso de tus documentos corporativos, tus redes sociales y tu sitio web es necesario adoptar una traducción más personalizada de acuerdo con la región donde se encuentran tus usuarios. A pesar de que pueda resultar mucho más rápido hacer una traducción automática, es mejor invertir en una traducción profesional, en la que un humano haga un proceso de transliteración, de manera que logres comunicar tu oferta de manera efectiva, puesto que los lectores (tus clientes potenciales) se sentirán más identificados con tu marca.
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