La lengua es mucho más que una herramienta de comunicación: es identidad, historia y poder. A través de ella, las naciones se forjan, las comunidades se reconocen y los individuos encuentran su voz. Sin embargo, no todas las lenguas tienen el mismo peso en el mundo. Algunas se imponen, otras resisten en los márgenes, y muchas desaparecen en el silencio. En este artículo, exploraré algunos conceptos de la sociolingüística para comprender cómo las lenguas conviven, evolucionan y, en ocasiones, luchan por sobrevivir. Porque hablar no es solo expresar pensamientos: es ejercer un derecho, reclamar un espacio y, a veces, desafiar el poder.
Diferencia entre lengua y dialecto
En lingüística, una lengua es un sistema estructurado de signos orales y escritos que una comunidad utiliza para comunicarse. Pero más allá de su función comunicativa, una lengua es también un símbolo de identidad cultural y política.
En muchos casos, la distinción entre «lengua» y «dialecto» no se basa únicamente en criterios lingüísticos. Como decía el lingüista Leopoldo Valiñas, a veces, la diferencia entre lengua y dialecto es un ejército detrás.
A menudo, en el discurso cotidiano, se usa la palabra «dialecto» para menospreciar ciertas formas de hablar, especialmente cuando se refiere a las lenguas indígenas en México. Se ha difundido la idea errónea de que un dialecto es una lengua «incompleta» o «inferior», cuando en realidad es un concepto lingüístico que simplemente hace referencia a variantes de una lengua.
En lingüística, el término dialecto se emplea para describir variaciones:
- Dialecto regional: Variedad geográfica de una lengua. Por ejemplo, el español peninsular y el español de América tienen diferencias en pronunciación, vocabulario y gramática.
- Dialecto histórico: Variantes de una lengua en distintas épocas. El español medieval es un dialecto del español que evolucionó hasta convertirse en el español contemporáneo.
Otros conceptos relacionados son:
- Sociolecto: Variedad dentro de una comunidad social. Un ejemplo en México es el acento fresa, asociado con ciertos sectores de clase media-alta y alta.
- Ideolecto: La forma particular en que cada persona habla en un momento dado, influida por su entorno, experiencias y contexto social.
Cuando se dice que las lenguas indígenas son «solo dialectos», se desconoce su complejidad y riqueza. Lenguas como el náhuatl, maya o mixteco tienen gramáticas bien definidas, múltiples variantes y una historia milenaria. Llamarlas dialectos con una connotación despectiva es una forma de violencia lingüística, un reflejo del poder político que impone unas lenguas sobre otras.
Sin embargo, es totalmente correcto hablar del dialecto de Milpa Alta del náhuatl, así como del dialecto del náhuatl de Guerrero, entre otros. Lejos de menospreciar la lengua, este uso permite reconocer y estudiar sus variantes geográficas, cada una con sus particularidades fonéticas, léxicas y gramaticales. Así como el español tiene múltiples dialectos en distintas regiones, las lenguas indígenas también poseen una riqueza interna que merece ser valorada y preservada.
De lo general a lo particular: el ideolecto
Partiendo de lo general a lo particular, tenemos primero la lengua, luego el dialecto y, por último, el ideolecto. Este último concepto hace referencia a la forma particular en que cada persona habla en un momento dado. Podemos escucharlo a diario cuando los hablantes se comunican, o bien, a través de los diálogos literarios que reflejan la oralidad de su tiempo y contexto.
Así, la frase «Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo» se puede interpretar como un ejemplo de ideolecto, ya que refleja el modo particular de hablar de Juan Preciado, el protagonista de la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo. Este estilo de habla está marcado por una sintaxis simple y directa, propia de la oralidad rural y de un personaje que no busca adornar sus palabras.
De manera similar, podemos disfrutar de los cómicos diálogos entre Don Quijote y Sancho Panza, en los cuales uno usa un lenguaje culto, propio de un caballero renacentista, y el otro emplea un lenguaje popular cargado de refranes y errores gramaticales (ejemplos, ambos, de sociolectos). Desde el punto de vista de la lingüística descriptiva, ambos hablantes son competentes ya que logran comunicarse y ese es el fin último de la lengua. En este sentido, los ideolectos de los personajes muestran su posición social, su educación y el contraste entre sus mundos:
«¡O maldito seas de Dios, Sancho! dijo a esta sazón Don Quijote. Sesenta mil Sataneses te lleven a ti y a tus refranes; una hora ha que los estás ensartando y dándome con cada uno tragos de tormenta … Dime: ¿Dónde los hallas, ignorante; o cómo los aplicas, mentecato? Que para decir yo uno y aplicarle bien, sudo y trabajo como si cavase.
Por Dios, señor nuestro amo, replicó Sancho, que vuestra merced se queja de bien pocas cosas. ¿A qué diablos se pudre de que yo me sirva de mi hacienda, que ninguna otra tengo, ni otro caudal alguno, sino refranes y más refranes?». (Cervantes, El Quijote, Parte II, XLIII)
Nuestro ideolecto se refleja en la elección de palabras, el acento, la entonación y hasta en expresiones que nos definen. Además, no es estático: cambia con el tiempo, adaptándose a nuevas influencias y circunstancias. En resumen, el ideolecto es nuestra huella lingüística personal, una manifestación de quiénes somos a través del lenguaje.
En conclusión…
- Entender los conceptos de lengua, dialecto e ideolecto nos permite apreciar la diversidad y riqueza del lenguaje en nuestras interacciones cotidianas.
- Cada uno de estos elementos refleja no solo nuestra manera de comunicarnos, sino también nuestra identidad, nuestra historia y el contexto social en el que vivimos.
- Es fundamental evitar la discriminación al utilizar los términos lengua, dialecto e ideolecto, reconociendo que cada variante lingüística tiene su propio valor y refleja la diversidad cultural y social.
- Aunque compartimos una lengua común, cada hablante desarrolla un repertorio lingüístico único, influenciado por su entorno, educación, edad, experiencias y contexto social.
- A través de los conceptos revisados, podemos entender mejor las variaciones lingüísticas que existen entre los individuos, las comunidades y las generaciones, y cómo el lenguaje se adapta y cambia con el tiempo.
¿Qué opinas sobre estos conceptos de sociolingüística? ¿Se te ocurren otros ejemplos interesantes? ¡Déjame tus comentarios!